jueves, 3 de marzo de 2016

Los Girasoles Ciegos

  • Primera derrota(1939).
Si el corazón pensara dejaría de latir:


Esta primera historia trata de como un combatiente de la guerra civil se rinde aún sabiendo que su bando va a ganar, este hombre era el capitán Alegría.
Se rindió porque no veía lo bueno de una victoria a base de muertes.
Creo que le hacía sentir peor la soledad que el saber que iban a matarle, en la página 30 pone que su vida se convirtió en un torbellino de aceite(lento, pastoso, inexorable) paseando su soledad en aquel hangar de angustias, envuelto en el vacío,... Cuando le llevaban al paredón para fusilarle el día 18, le abrumó el sentir cómo le agarraban la mano, dejó de estar solo.
Salió vivo milagrosamente, despertó inconsciente entre el resto de cadáveres, a partir de aquí destaca su afán de superación, el cómo se aferra a la vida.
Se sentía muy dolorido, tenía el rostro lleno de sangre, podría haberse quedado ahí tirado sin esperanzas por sobrevivir, pero pensó que debía haber algún motivo por el que su corazón no dejó de latir, así que hizo de tripas corazón aguanto el dolor y sacó fuerzas para quitarse de encima esos cuerpos hasta llegar a Campos de la Acebada, donde le encontraron y cuidaron (pág 32,33). Alegría les estaba muy agradecido, ya que sabía que podría haberles traido problemas.
Por último, arrastrándose, sin fuerzas y entre llantos llegó junto a los de su bando y les gritó que era de los suyos.


  • segunda derrota(1940).
Manuscrito encontrado en el olvido:


La segunda historia es sacada de un cuaderno encontrado en una montaña, parece ser que la escribió un tal Eulalio Ceballos Suárez cuando solo tenía 18 años huyendo de la guerra, era del bando republicano, vencidos.
Tras la muerte de su novia al parir en la cabaña de aquella montaña el vivir para él no tenía sentido, solo esperaba con ansia que llegara el momento de morirse él y que muriera su hijo. No sabía si ver a su hijo como bendición o desgracia ya que le echaba en parte las culpas por la muerte de Elena, su novia y madre del niño.
Con el paso de los días el llanto del niño cambió y empezó a darle pena, enterró a Elena y trató de alimentar al bebé rebajando la leche de las vacas con agua, cuantos más días pasaba junto al bebé más cariño le cogía.
Llevaba muy mal el ser un vencido más que cualquier cosa por el dolor que le había creado la guerra, una novia muerta vencida y un bebé nacido vencido. Cada vez que tenía que matar a un animal para obtener alimentos se derrumbaba recordando a Elena, su palidez y el olor a descomposición.
Acaba reconociendo que quiere a su hijo y que es por el por quien está luchando, porque quiere contarle cómo era su madre y sus abuelos, pero al final su hijo muere en silencio y el vuelve a no verle sentido a la vida, se obsesiona escribiendo el nombre de su hijo el cual no le puso hasta que no falleció, Rafael, como el abuelo.
La muerte para este chico es algo muy doloroso de ver, pero no de padecerla cuando no tiene nada, al contrario, cuando se ve sin motivos es algo que busca.
Sin la fuerza que le dió el sentir algo por su hijo no habría tratado de sobrevivir, no habría encontrado sentido, lo hizo por el.


  • Tercera derrota(1941).
El idioma de los muertos:

La tercera historia la protagonizó Juan Senra, un detenido que consigue sobrevivir en la cárcel mintiéndole al capitán Eymar, cuando le hacía preguntas sobre su hijo.

Allí en la cárcel se hizo muy amigo de Eugenio y a Carlos Alegría(el Roro), quien decía haber nacido por segunda vez y a quien conocemos por ser el rendido de la primera historia. Delante de Juan Senra el Capitán Alegría se suicidó, lo que le hizo reflexionar.
Al principio Juan Senra no paraba de alargar su muerte buscando la vía que le permitía sobrevivir, pero tras esa escena su pensamiento cambió y en una visita de la mujer de Serna dijo toda la verdad sobre el hijo, todo lo malo que había hecho y lo que su hijo sufrió cuando iban a matarle y además el era uno de los que organizó su ejecución, reconocía que todo fué justo. Como motivo a su confesión le declararon a ser fusilado al día siguiente.


  • Cuarta derrota(1942).
Los girasoles ciegos:


La cuarta y última historia comienza con una carta a modo de confesión de un cura que había estado ayudando a los militares.
Tenía a un alumno, Lorenzo, quien era hermano de Elena, la chica que murió al dar a luz en la montaña (Primera derrota), este chico a su vez también cuenta su historia. Este chico empezó a despertar la curiosidad del cura al ver que este no consentía cantar el “Cara al sol”, además sentía gran atracción por su madre. El motivo de que no quisiera cantarlo es que su familia era del bando vencido, se suponía que su padre había muerto, pero lo tenían escondido en un armario donde hacía vida llevandoles la comida y no saliendo de allí.

El cura Investigó y supo que Lorenzo no estaba yendo a clase por estar supuestamente enfermo, aprovechó la excusa para visitarle y así poder hablar con la madre, vió cosas que no le terminaban de cuadrar, pero la madre le ponía excusas. En una de esas que nadie les molestaba el cura trató de forzar a la madre para pecar y al momento el padre salió de su escondite y le atizó un buen golpe. Cayó en cuenta de que su tapadera había sido descubierta así que se lanzó por la ventana suicidándose. Lorenzo incluso cree recordar cosas que debido a su edad y estatura no puedo ver, el único consuelo de la familia es que pensaban que Elena se había salvado.

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